viernes, 9 de marzo de 2012

NUEVA HUMANIDAD - nuevo paradigma socio-político, cultural y espiritual

NUEVA HUMANIDAD - nuevo paradigma socio-político, cultural y espiritual


Los movimientos y organizaciones sociales democráticos, culturales, ambientalistas, de género y étnicos, son una herramienta fundamental para el cambio de paradigma.

Pueden generar una fuerza inigualable, si convergen en una Causa fundada en los principios con profundo respeto por la Humanidad, basada en la inclusión, la participación plena y amplia, la diversidad creativa, la visión estratégica. Es de suma importancia restarle valor a los teoricismos doctrinarios, los falsos nacionalismos, los clasismos sectarios, los mesianismos obsesivos, los fundamentalismos estrechos y los afanes táctico-coyunturales.

Un gran río es el símil de ese actuar colectivo: Es un movimiento permanente, auto-energético, que se alimenta de muchas aguas (fuerzas) sin que ninguna pretenda dirigir, imponer, conducir. Si la idea y el sentimiento están claros, la dirección la desarrolla el movimiento mismo.

Ese gran río se alimenta de pequeños nacimientos, riachuelos y quebradas, que van formando medianos y grandes ríos que alimentarán el gran torrente. Es la acción barrial, sumándose y multiplicándose desde lo local a lo regional, nacional e internacional.

Habrá corrientes “limpias y cristalinas” como también “contaminadas y oscuras”, pero ninguna debe ser rechazada; el movimiento mismo las mezcla, las oxigena y energiza. Ello significa que la calidad de las acciones deberá ir de lo simple a lo complejo. Los sectores más avanzados y organizados deben tener en cuenta las condiciones de las mayorías; con paciencia pasaremos de la acción simbólica a la movilización efectiva, poco a poco, como un río transitando por tierras tranquilas. De tal manera que cuando se nos atraviesen grandes obstáculos la carga acumulada sea capaz de romperlos, pero manteniendo la dirección del caudal.

Ese gran río se va alimentando en las regiones por donde pasa, pero también las retro-alimenta a ellas. Por ello, en el movimiento debemos partir de acuerdos mínimos, priorizados pensando en las mayorías y no en elites iluminadas. No podemos partir de las “fórmulas programáticas” que elaboran y entienden unos pocos, sino de las necesidades consensuadas por el movimiento real. “Aprender haciendo”.


Es un proceso de ganar confianzas, amistades, entendimientos, gustarnos y querernos tal como somos, en nuestras particularidades y diferencias, para poder potenciar nuestras similitudes y semejanzas. Al fin y al cabo todos somos humanos. Se necesita apertura mental, madurez, flexibilidad, modestia y sencillez para corregir entre todos el curso, cuando veamos que el río está yendo por una dirección equivocada o que nos hemos detenido.

Actuar en movimiento humano como actúa

la naturaleza, dado que somos parte de ella. Ser partícula y a la vez onda; reivindicar nuestra individualidad que sólo puede ser realizada en comunidad. Ser como el agua que tiene una tensión interna (molecular) que es lo que le otorga su fuerte cohesión, pero a la vez le permite tener una gran flexibilidad.


En medio de ello requerimos nuevos lenguajes, que reflejen esa capacidad para entendernos no sólo entre políticos, o entre ambientalistas, o entre “iguales”, sino que seamos capaces de hablarnos a nivel universal. Dicho mensaje debe ser entendido por un niño.

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