MIÉRCOLES 11 DE ABRIL DE 2012
Carta desde Medellín para la Cumbre
de las Américas
Señoras y Señores
Presidentes de 33 países asistentes a la Cumbre de las Américas
Cartagena de Indias
Esta carta no la leerán Ustedes pero acá va, de todos modos. Se que algunos colectivos sociales, grupos de pensamiento y universidades del mundo han mandado y mandarán a la Cumbre de las Américas cartas similares, dedicadas a proponerles que en el tema de las drogas se inicie, de una vez y con celeridad y seriedad, un importante cambio de paradigmas.
1. En buena hora se definió que el tema de las drogas ilegales sea uno de los prioritarios dela Cumbre de las Américas.
2. Un viejo adagio dice que cuando un problema no tiene solución hay que cambiar de problema: en el enfrentamiento contra las drogas ilegales es hora de cambiar de problema.
3. Es necesario y urgente un acuerdo entre muchos países para que se abra con seriedad y políticamente el análisis de propuestas de descriminalización, despenalización y legalización de los consumos de algunas drogas ilegales. Cada una de esas palabras debe ser analizada como un escenario posible, factible, para determinar los pro y los contra de cada uno de ellos vs el escenario actual, creado por la administración Nixon y recogido por Naciones Unidas en una guerra contra las drogas que requiere ser revisada y replanteada.
4. Solo podremos tener resultados reales y significativos en la solución a los problemas derivados del tráfico y consumo de drogas ilegales cuando se equilibre la balanza de la inversión entre los proyectos de represión (persecución del narcotráfico y del negocio enorme de lavado de dinero ilegal), los proyectos de sustitución de fuentes de ingreso económico para los campesinos y los programas de reducción de demanda, es decir, los proyectos de prevención frente a los consumos y de atención y tratamiento a consumidores.
5. Detrás del negocio de las drogas ilegales están siempre otros 3 grandes negocios de los que poco se habla, y todos 3 tienen su sede (su inicio y su final) en los países desarrollados: el negocio de los precursores químicos, el negocio de las armas y el negocio del dinero (la banca mundial, que esconde hipócritamente los dineros del narcotráfico y de otros grandes negocios ilegales).
6. Es necesario que los gobiernos Iberoamericanos, los organismos multilaterales y las agencias de cooperación internacional inviertan mayores recursos en la reducción de la demanda de drogas.
7. Además de equilibrar los esfuerzos entre reducción de la oferta y reducción de la demanda de drogas, se debe procurar que en las inversiones de reducción de la oferta de drogas se prioricen las acciones de desarrollo alternativo y de mejoramiento de los sistemas judiciales, por encima de las acciones de guerra.
8. Si un porcentaje importante de lo que en los últimos 40 años se ha destinado a la guerra contra el narcotráfico se hubiera dedicado a promover programas universales y permanentes, de calidad, para el desarrollo de habilidades para la vida, la promoción de la salud, la prevención específica del consumo de drogas y el tratamiento de los adictos, seguramente otro sería el panorama de impacto en nuestros países, no solo en salud sino también en la seguridad de nuestros barrios.
9. Y, finalmente, deben saber ya Ustedes, gobernantes de este hemisferio, que como muchas otras guerras interminables y costosas y fracasadas (¿qué guerra no es un fracaso para la humanidad?), la guerra contra las drogas debe terminarse. Lo que debe iniciar el continente americano es una nueva estrategia global de fortalecimiento de la sociedad civil, de generación de la convivencia en nuestras ciudades desde proyectos sociales, educativos y culturales de gran envergadura. Una nueva estrategia global de generación de oportunidades y de búsqueda urgente de sociedades más equitativas y justas. Esa debe ser la prioridad de sus gobiernos. Esa debería ser la prioridad para ustedes, gobernantes de nuestros pueblos.
Jorge Melguizo
Abril de 2012.
1 comentario:
Estimado autor: comparto en parte su opinión y estudio del presente artículo, pero, hay que tener mucho cuidado en la proposición de ideas sobre tal asunto, ya que, de aplicarse dicho criterio en otros temas similares puede consecuentemente ser peor el "remedio que la enfermedad". Es decir, dentro de algunos años cuando los gobiernos no sepan cómo o no quieran combatir ciertos delitos, como: homocidios, robos, estafas, etc. etc. entonces decidan "legalizarlos y legitimarlos" para así quitarse un problema de encima. Es probable que Ud. ya esté imaginando qué tipo de "sociedad" nos espera en el futuro si los gobiernos han de rendirse ante todo aquello que se conoce que es socialmente pernicioso, pero, que no desean verdaderamente combatir, por múltiples motivos.
Cordiales saludos y gracias por el espacio.
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